No sé por dónde empezar…. quizá lo mejor sea decir que cuando se comenzó a oír sobre la llegada del parque a Toledo, sí que pensé que ¡vaya castaña! Empleo en precario y un gasto exacerbado de agua y recursos naturales de los que no andamos precisamente sobrados.
En aquellos momentos aún no trabajaba en empleo, pero después de saber de primera mano que toda la gestión del personal se ha realizado a través de cauces oficiales, fue realizada directamente por la Oficina Emplea de Toledo en colaboración directa con la Consejería, me ofrece unas garantías bastante sólidas sobre la legalidad y limpieza de los contratos.
Respecto de los recursos naturales, bueno pues imagino que toda la infraestructura sí que lleva un gasto añadido de agua… pero lo poco o mucho que vi me generó una sensación de confianza de que no hay desperdicio y que se está gestionando bastante bien.
Ahora lo interesante, magnífico, espectacular, maravilloso, asombroso, alucinante y todo el abanico de epítetos que se os puedan ocurrir. Una hora intensísima de espectáculo en la que te faltan ojos. No puedes, materialmente es imposible, prestar atención a todo lo que está pasando en el escenario. Un escenario, dicho sea de paso, construido con sumo cuidado y aunque no se identifica ningún edificio de Toledo, no por ello dejas de tener la sensación de que estás en Toledo.
Una lección de historia, con licencias por supuesto, condensada en una hora desde el dominio de los Visigodos hasta la Guerra Civil (tratada muy de pasada y con una delicadeza sublime), donde también tuvieron cabida leyendas tradicionales toledanas… que no voy a citar para que no me digáis que os «destripo» el contenido.
Reconquista, descubrimiento de las «Indias Occidentales», Carlos I y comuneros, invasión napoleónica…. tendría que coger un libro de historia y resumir aquí todos los siglos en unos pocos renglones y no sería capaz, ni por asomo, de describiros todo lo visualizado.
Sin más, os dejo con las fotos. Unas fotos que no hacen justicia y que, además, lo único que pretenden es abriros el apetito para que cuando podáis realicéis la inversión para ir a verlo… si me avisáis, me apunto otra vez.