Este año eligió el destino la pareja Josefina-Andrés y propusieron como destino las Arribes de Duero.
Nos alojamos en Trabanca (Salamanca), justo en el límite del Parque Natural. Un buen punto para acercarnos a diversas zonas.
Como punto de partida pasamos la primera tarde en Fermoselle, visitando los restos del castillo y el interior de las bodegas… que algún día sirvieron para elaborar vino, hoy no son más que un lugar para reuniones de peñas y similares.
Terminamos el día con unas fabulosas vistas desde el dique del embalse de la Almendra hacia el Tormes.
Al siguiente nos fuimos a Miranda do Douro (Portugal), era el día elegido para el paseo en barco por el Duero… no hubo opción a pillar el «largo», dos horas de paseo, frente a la hora que pudimos cotratar. Agradable pero creo que la relación calidad-precio no está muy ajustada precisamente.
Aunque llegamos temprano, ya no había billetes para el barco de las 10:00 y tuvimos que esperar hasta las 12:00 (hora local portuguesa).
Tras un breve paseo por Miranda, nueva bajada al embarcadero.
Embarcamos, no si una espera de algo más de 15 minutos sobre el horario previsto… el aforo, según las indicaciones al 66% para evitar contagios, aunque dado «el lleno» creo que se superaba con creces.
Las explicaciones de la guía, Laura, amenas. Pero haciendo gala de su doble procedencia (hispano-lusa), comenzaba las frases en castellano y las terminaba en portugués o viceversa. Nada que no fuera inteligible, pero había que estar muy atentos.
Tercer día. Aunque la intención era ver alguno de los saltos de agua naturales, comenzamos con la vistita al Teso de San Cristóbal. Un castro celtíbero sobre el río Tormes.
Tras un año de sequía, dadas las fechas, y un acercamiento al Pozo de los Humos desistimos de la idea de ver saltos al estar secos todos los cauces que generan los saltos indicados. Así pues paseo por alguno de los pueblos: Pereña, Masueco, Sendim (Portugal) y la Joya de la Corona del día: Ledesma. Merecido título como «Uno de los pueblos más bonitos de España».
Cuarto día. Habiendo hecho ya mella el cansancio, sobre todo en nuestro conductor habitual, decidimos pasar el día visitando tanto el municipio en el que estábamos alojados como el Parque Temático de Construcciones Populares. Sin lugar a dudas un nombre con mucha pompa y que, posiblemente, conoció días mejores… ya que está en un lamentable estado de conservación.
No hay testimonio gráfico, pero la tarde se dedicó a un refrescante chapuzón en el embalse de la Almendra… un «pequeño» embalse con capacidad «únicamente» de 2.648 hm³, nuestro querido embalse del Guajaraz tiene la imponente cifra de…. 18 hm³, sólo para hacernos una idea de las dimensiones.
Por la noche, nuevo paseo y…. espectáculo de cielo el que pudimos disfrutar.
Día de retorno. Todo los bueno se acaba… y como en años anteriores, después de buenos ratos, muchas risas, alguna que otra desavenencia y, no podían faltar, unas cuantas partidas de «Pocha», tocó recoger y regresar.
Dada la proximidad y que alguien aún no conocía Salamanca, decidimos pasar por la ciudad universitaria por excelencia y realizar un recorrido breve, aunque no por ello menos intenso, de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Y con ésto finalizan nuestros servicios. Esperamos verles de nuevo el próximo año con destino a…